Sep 11, 2010

distancia del pensamiento


"Lo importante es ser feliz". Trillado mandato vacío. ¿Hacer lo que te gusta, sentirte contento la mayoría del tiempo, experimentar placer, ser útil a los demás? O "ser feliz" a pesar de no experimentar nada de ello. "El sentido de la vida es amar". ¿El sentido de la vida es amar a alguien? ¿O -intentando sublimarlo- experimentar el "amor espiritual"? Qué básico sería el sentido de la vida, y bastante occidental también.

Muy bien, pongamos que hago lo que me gusta, que experimento placer, pongamos que soy útil a los demás, que experimento el amor espiritual. Una especie de libertad humana que no sabe de estructuras ni condicionamientos. Y luego, ¿qué? ¿Se resume la vida a la persecución incansable de experimentar sensaciones agradables? A buscar las circunstancias por las cuales alegrarse está ameritado, ¿acaso? Peor aún: pretender méritos, reconocimientos, logros, posesiones... O aún poéticamente: sabiduría, experiencia, comprensión, claridad.

Abandonando este razonamiento egocentrista (¿no lo son todos?), podría teorizarse que el sentido de la vida es aliviar el sufrimiento de otros. Pero por qué buscar eliminar el sufrimiento del ser humano, o de la Tierra, o de lo que sea. Parece una batalla del bien contra el mal: hay que escoger equipo y ponerse la camiseta. Hay algo que sigue siendo demasiado básico de este supuesto sentido de la vida.

¿Qué sucede si no se desea nada? Si no se desea siquiera comprender. Si no se desea alcanzar. Si no se desea recordar. Si no se desea siquiera definir. Si no se desea expresar. ¿Qué queda? ¿Esto es indiferencia, anarquía, egoísmo, desfachatez? Y más allá, ¿esto es un gravísimo error de valoración? ¿Resta deshacerse del deseo de responder?

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