Oct 12, 2010

retiro



Comienza a dominar una sensación de estar lejos de todo. Más de lo que creí posible. Hay un silencio repentino, inesperado. Un silencio muy profundo, como el del esófago o el pulmón. El eco de la vida se percibe muy lejano y sin sentido, "afuera". No hace falta pensar nada para ser pulmón. Hay mucha indiferencia y ausencia de identificación. No hay preocupación ni drama algunos. Casi sin poder tomarme la molestia de pensar o sentir nada... Apenas la molestia de respirar porque esa se toma sola. De pronto hay una risa, pero esa también se escucha lejos.

Verdad, mentira, ¿qué importa? Felicidad, tristeza, ¿qué importa? Estas preguntas ridículas, ¿quién soy, qué es esto?.. ¿qué importan? Sin tragedia ni por causa, ni por efecto, nada importa. Mi voz es tan extraña, imposible comprender qué y por qué lo digo. De nuevo el cansancio de soportar la vida. Tanta importancia a la existencia, cuando es inexplicable, y no importa tampoco si no lo fuera. Todas las estructuras se desmoronan. Todas. ¿Para qué tomarse la molestia de comprometerse con alguna?

Pero quizá hay todavía algo qué hacer antes de no hacer nada nunca más. La montaña y las mañanas al cobijo de las ramas. El florecimiento de la anti-personalidad, la anti-individualidad, la anti-intensión, la anti-persecución. El retiro voluntario de aquel circo arbitrario de conceptos y etiquetas. Fundirse en el anonimato... Ser desconocido al mundo externo de paredes, habitar el mundo interno como único habitante de un tiempo-espacio infinitos. Arrogante, quizá, este retiro voluntario... ¿pero qué importa? No habrá quién se preocupe por ser catalogado, porque no habrá nadie preocupado por el catálogo. No habrá catálogo alguno para nadie y para nada. No hará falta pronunciar nunca más una palabra.

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