Jan 7, 2012

Bueno, el fin de año fue como amenazaba ser: completamente estresante y desquisiado.  Me vino una ola de aprehensión más fuerte de lo que pensaba.  De pronto los días no eran suficientemente largos para realizar miles de pendientes que parecían tener la misma importancia. Cuando miro atrás a esos momentos, me pregunto por qué soy tan aprehensiva de cosas que seguramente no tienen importancia, ni siquiera a mediano plazo.  Además, sucede que en pocos días olvido por completo qué me tenía tan preocupada.  Sólo recuerdo que en esos momentos la sensación de pánico y repulsión se instala en mí 24 horas.  Son emociones intensas, pero que no puedo detectar ni manejar con claridad cuando aparecen.  Es como si éstas secuestraran mi capacidad para observarme.

Compré un libro que se ve muy interesante.  Se llama "Handbook of Emotions" (algo así como "Manual académico acerca de las emociones"), y parece estar muy completo.  Digo "parece" porque apenas he leído medio capítulo.  Es un libro muy gordo y trae decenas de artículos cuasi-científicos acerca de las emociones humanas.  Lo compré porque últimamente me siento extremadamente curiosa acerca de las emociones.  ¿Por qué existen emociones tan complejas en nosotros?, ¿todos sentimos emociones igual de complejas, o algunos únicamente sienten emociones "sencillas"?  ¿De qué depende que no nos permitamos experimentar ciertas emociones?  ¿Por qué automáticamente sentimos otras?  El pensamiento parece estar muy relacionado a las emociones.  El pensamiento parece afectar lo que sentimos, y lo que sentimos a su vez nos hace cambiar de parecer... Entonces no entiendo muy bien si la razón y la emoción están verdaderamente separadas, o fluyen en una especie de "continuo neuronal", por llamarlo de cierta forma... Se nota que no sé mucho de psicología.

Y hablando de psicología, últimamente me está seduciendo mucho la idea de estudiarla como carrera, sí, desde cero.  Llevo aproximadamente 15 años dedicándome a las ciencias naturales, ecología tropical, específicamente, y siento que he llegado a algo así como una revelación.  Por un lado, conocer cómo funciona la Naturaleza es muy interesante per se.  Hay personas que dedican toda su vida simplemente a dilucidar las formas y mecanismos del mundo natural.  Esto está bien, me parece muy bonito.  Sin embargo, por otro lado, la destrucción de la Naturaleza es creciente.  Minuto a minuto se pierden especies, ecosistemas, funciones, etc. ¿De qué nos servirá saber cómo funciona la Naturaleza si la fina red de interconexiones está desapareciendo?  Creo que de muy poco.  ¿Y qué es lo que está causando la destrucción de la Naturaleza? Bueno, todos lo sabemos, de una u otra forma, es la especie estrella, el ser humano.  Es decir, la Naturaleza se está destruyendo a sí misma, pero estamos tan acostumbrados a vernos separados de ésta que muchos pueden no estar de acuerdo.

¿Y por qué el ser humano está destruyendo a la Naturaleza?, bueno, entre otras muchas razones, por su ambición, búsqueda de la comodidad, ignorancia, y -como yo lo veo- grado de vacuidad vital.  Es decir, nuestra vida está vacía, ¿no es así?  Nada nos satisface, siempre sentimos un vacío profundo que queremos llenar, para que desaparezca.  ¿Y cómo podemos llenarlo?  Pues lo intentamos haciendo, teniendo, acumulando, en fin, buscando que los demás reconozcan que nos destacamos de una u otra forma.  Y cuando miles de millones quieren hacer y tener y acumular, esto tiene que reflejarse en las fuentes de recursos.  Los océanos han sido saqueados, los bosques han sido talados, los animales han sido extinguidos, y no hemos podido recuperar casi nada.  Entonces, ¿en dónde radica lo que motiva al ser humano a actuar cómo lo hace? - En las emociones.

Pensemos en un hombre común y corriente que no tiene coche.  Desea tener un coche para moverse, porque esto le permitirá llegar más rápidamente a todas partes (comodidad), ser dueño de un coche (orgullo), y sobre todo, que otros reconozcan que este hombre se diferencía de ellos porque tiene un coche (satisfacción, narcisismo).  Cuando el hombre compra el coche, quiere sentirse satisfecho y seguramente se sentirá así por unos días o semanas.  Pero más tarde sucede que el coche ya no es suficiente.  Ahora quiere tener uno de esos teléfonos "inteligentes".  Tanto el coche, como el teléfono, como sea lo que sea se relacionan directamente con la cantidad de recursos que se utilizaron para generar estos productos, y se utilizan para que funcionen, así como su impacto en el medio ambiente cuando sean descartados.  También, tanto el coche, como el teléfono, como sea lo que sea tienen un efecto en las emociones del hombre.  Así pues, las emociones afectan al ambiente en función de los  productos y servicios que adquiere la especie que puede sentir emoción: el ser humano.

Creo que no salvaré al mundo.  Ni siquiera puedo decir que salvaré una hectárea de selva.  Vaya, ni siquiera puedo asegurar que al final de mi vida me sentiré satisfecha conmigo misma.  Pero sí puedo seguir aprendiendo.  Eso me entusiasma.  Aprender.

Cuando decidí estudiar Biología, mi argumento fue que "quería conocer todo lo que funcionaba sin ayuda del hombre".  Sentía una repulsión natural hacia las Humanidades.  Sin embargo ahora, después de haber ido hasta cierta profundidad de lo que funciona sin el hombre, veo que desafortunadamente el hombre determinar el destino de aquello que no le necesita para existir, pero sí viceversa.  Pareciera que ahora me atrae la idea de conocer todo aquello que hace que el hombre funcione como lo hace.  Veremos si con mi manual de emociones puedo aprender un poco al respecto.

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