Mar 7, 2014

ejercicio

cerré los ojos y me remonté al momento en que pasó el virus a mi cuerpo. llevé toda mi consciencia a ese momento y, mientras él yacía sobre mí y dentro mío, recordé su ímpetu y su deseo intensos y profundos, el movimiento arrebatado y salvaje, la vida moviéndose a través de nosotros, nosotros vivos. en el ejercicio, lo miré a los ojos por unos momentos, y le dije con mi voz y mi corazón: te perdono. Inmediatamente después inhalé y miré hacia dentro mío, y con la misma compasión y amor que hacia él sentí, dije: me perdono. también me nació mirar al pequeñísimo virus en su poderosa existencia, y le dije: te perdono. recordé quién era yo en esos momentos: toda la ilusión y alegría por haberlo conocido, por haberlo encontrado. un deseo y amor quemantes refulgían en mi corazón y mi cuerpo, llenos de felicidad y gozo. ¡que se termine el mundo, estoy enamorada de ti!! y entonces fue aún más fácil entender que había sucedido, que así tenía que suceder. todo el río de amor no podía ser opacado por ese detalle. todo era hermoso y bueno, y todo estaba en su lugar. ¿cómo no perdonarnos?, si nos amo.

fue un ejercicio.

  

1 comment:

  1. Hola , hace tiempo que sigo tu blog pero me habia desconectado de la blogosfera , apenas estoy retomando y para que nos conozcamos mas y que los demas tambien te conozcan , te deje un premio en mi blog , date una vuelta y recogelo , saludos!
    http://saboramujer-start.blogspot.mx/

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