Feb 22, 2017

Se vinieron encima siete años de esta vida nueva. Siete años de haber dejado ese lugar al que ahora regreso. Siete años de dar un cambio radical de hacer y estar... Siete años de altas y bajas de montaña rusa. Pasé por dejar esa ciudad maldita que ahora me recibe de vuelta. Pasé por vivir en las hermosas montañas llenas de energías cruzadas y temibles. Pasé por vivir en un paraíso que tuve que dejar ya 2 veces. Y pasé por él. Se apareció discreto y alegre como un niño tímido que juega entre las sillas. Su voz grave no concordaba con ese cuerpo delgado y escurridizo que grita, abrázame. Su cabello gris ahora es más blanco y sus ojos pequeños se han abierto, mirando. Han sido siete años de muchos dolores. Y muchos placeres. Y muchos dolores de nuevo. Han sido siete años de preparar este parto de mí misma que al final dijo No a esa forma conocida de vivir fusionada. Me encuentro ahora extrañamente parada en mis dos piernas y respirando mi propio aire. Por momentos, me es claro que mi cuerpo es mío, que mi saco es mío, que en verdad no estoy unida a nadie ni a nada. Sólo yo inhalo y exhalo en mis pulmones.

Inicia este nuevo ciclo y no sé cuánto dure ahora. Vienen nuevos retos que se avistan serios, preguntas de vida que aún no tienen respuesta. Se viene, de nuevo, otra forma de vivir, hasta ahora desconocida, no predicha. Ya cada año que llega es nuevo. Mi imaginación infantil nunca alcanzó a predecir qué sucedía a los treinta y ocho. Y por supuesto ahí están los mandatos comunes que sembraron mis padres y la sociedad en mi cabeza. La duda permanente de estarlo haciendo bien o mejor regresar al patrón establecido. El temor a equivocarme y arrepentirme, y un día darme cuenta de que caí engañada por un espejismo de autoestima y libertad -que demostró ser falso y me rinde insatisfacción perpetua.

Hay muchos puntos suspensivos. Hay mucho gozo en el presente y la felicidad siempre da miedo. Tengo la sensación de estar viviendo una vida prestada que en cualquier momento me será reclamada. Como el que despierta de un divino sueño y se da cuenta de que la realidad es densa, pesada. A veces quisiera saltar de emoción y gritar que no me importa nada.

Feb 21, 2017

Ejercicios de reflexión sobre la vulnerabilidad - V

La belleza de la vulnerabilidad 28/30: mi corazón se abre muchas veces al día: con ilusión, esperanza, ternura, anhelo, compasión, pena, dolor, tristeza, soledad, duda, apego, necesidad, búsqueda, amor. Mi corazón siente mucho y con cada sentir es vulnerable, suave y rosado.

  1. Pues ya arañando el fin del ejercicio de vulnerabilidad (29/30): mi ser humano es hermosamente vulnerable, en todas sus dimensiones, pero quisiera enfocar mi dimensión física, se le puede dañar, mutilar, lastimar, -y no olvidemos, morir- tiene cicatrices, está gordito, pachoncito, peludito, se cansa, es lento y torpe a veces... y en su interior mi pequeño cuerpo humano es bellamente rosado, húmedo, caliente y sensible...cada célula mía, una unidad de Vida, microscópica y totalmente vulnerable...
Última reflexión sobre mi vulnerabilidad (30/30): este aparentemente "leve" ejercicio me ha llevado suavemente a tener más consciencia, respirar más profundo y a sentir mi ser más real y humano, de lo que mi mente proyecta y construye. Me doy cuenta de que aceptar y permitir la vulnerabilidad es un lugar desde dónde surge el poder personal real. En este lugar está presente todo el tiempo la posibilidad de que las cosas no sean como yo quiero, de no recibir lo que espero, de s...entir frustración, enojo, tristeza, etc. Finalmente, de experimentar dolor.

Bien dice el Kybalion que "los opuestos son iguales en naturaleza, diferentes en intensidad". Desde ese lugar dónde no hay resistencia al dolor, surge en mí una sensación de plenitud y satisfacción muy suave y diáfana. No hay nada qué perder porque no hay barreras para sentir dolor. El dolor se da por hecho y se le da la bienvenida. Cuando llega, lo permito, lo respiro. Si por otro lado, hay otras sensaciones que no son dolorosas, siento con claridad que literalmente todo es posible, conmigo y en mi vida. Y que, dentro del mundo exterior caótico, yo estoy afianzada, ordenada y arraigada dentro de mi ser. En mi muerte, yo estaré conmigo. No me abandono. Y desde ahí es posible cualquier cosa. Es difícil describirlo. Pero como dijo una gran maestra Julie Kuri, "generalmente le llamamos vulnerabilidad a lo que es en verdad fragilidad, la vulnerabilidad es la fuerza y la ternura juntas". Así que no me siento frágil, me siento vulnerable... y poderosa. 💜💪

Feb 15, 2017

Ejercicios de reflexión sobre la vulnerabilidad - IV

Explorando mi vulnerabilidad 22/30: tengo algunos lugares en el cuerpo que detonan impulsos de rabia y agresión instantáneos.- que me presionen la cabeza hacia abajo, que me empujen, que me jalen... Me invade una terrible furia cuando alguien me lo hace. Paso horas -días- molesta, furiosa. Con el asqueroso sabor de la humillación abajo de ese pequeño movimiento. No quiero soltar, no quiero perdonar. Y muy muy dentro, ansío que la persona me pida disculpas, es la forma en que recupero el vínculo... y restauro mi derecho a decir "esto no te lo permito". Si yo perdono primero, siento que el hecho queda "permitido" y que se puede repetir, peor aún, con intención de lastimarme. De nuevo mi dificultad en torno a los límites propios y hacia otros.

Explorando mi vulnerabilidad 23/30: suelo decir torpezas cuando estoy con personas que admiro y a las que deseo acercarme. Resulto muy soez, con frecuencia, grosera. Creo que opera en mí algo así como "antes de que me juzgues mal, me echaré de cabeza yo sola y así al menos tendré la seguridad de saber cómo provoqué tu rechazo"... También siento miedo, disfrazado de "no te tengo miedo". Por supuesto mi ego no desea soltar el control... ni para contemplar la posibilidad de ser mirada, valorada, o amada por alguien a quien admiro.

Explorando mi vulnerabilidad 24/30: añoro ser mirada por las personas que amo...pero cuando tengo esa atención, con frecuencia mi ego se interpone y no sé recibirla. Deseo que me miren de la forma y en el momento en que yo quiero. Y al no ser así, automáticamente los desestimo, confirmando mi creencia inicial: "nadie puede darme lo que necesito"... Es terrible para mi orgullo verme satisfecha: aceptarlo es permitir la dulzura total...y al mismo tiempo no tener ya sentido de ser. En la satisfacción quedo satisfecha - e indefensa.

Explorando mi vulnerabilidad 25/30: no deseo ver mi fortaleza puesta a prueba. En el fondo soy muy suave y sensible. Ante una tragedia o evento traumático mis recursos se revelarían probablemente como falibles (frente a esta idea imaginaria de omnipotencia)... Qué difícil refugiarse en "hágase tu voluntad y no la mía" cuando lo que más amo está en juego.

Explorando mi vulnerabilidad 26/30: aun me cuesta detenerme y escucharme cuando estoy interactuando con una persona y siento que algo no va bien. Suelo atropellarme, intentando mantener la imagen de serenidad. Cuando verbalizo al exterior mi voz interior, generalmente estoy pagando dinero por algo. Siento que mi necesidad o mi punto de vista están "mejor" justificados si hay dinero de por medio. Y así como creo que pagando merezco ser escuchada, así con frecuencia utilizo el dinero para callar a otros.

Explorando mi vulnerabilidad 27/30: tiendo a evitar la vulnerabilidad del corazón abierto con dos máscaras: la omnipotencia, o la víctima.

Ya se me van acabando las vulnerabilidades, me quedé en la 27, me ha costado conectar con nuevas que no haya mencionado, pero veamos, una 28/30 podría ser: tiendo con facilidad a la neurosis, al automático, y en ese automático actúo y actúo...pero justo ahí, en mi mayor desconexión, es cuando más falta me hace recibir amor, atención y cuidado, aunque irónicamente, es cuando menos lo puedo recibir...



Feb 7, 2017

Ejercicios de reflexión sobre la vulnerabilidad - III

Ejercicio de vulnerabilidad 15/30: soy muy muy muy farola. Digo con facilidad que algo es así o asado, que sé algo a la perfección, ando corrigiendo gente con la mano en la cintura...y la verdad es que es puro bluff. Ni sé cómo son las cosas, ni conozco ni sé tanto, ni tengo autoridad alguna para estar corrigiendo gente... Pero alimento una imagen de seguridad y certeza para evitar ser cuestionada y verme expuesta.

Vulnerabilidad al desnudo 16/30: y sí, cuando me siento herida, me duele un chingo, pero luego me desquito con mi venganza...al fin siempre tengo mi corazón para cerrarlo, qué digo cerrarlo, cerrártelo. Te borro de mi vida y listo, ya no tienes más mi energía. Y volvemos al mismo punto: atrás de ese orgullo está el implacable Ser Inferior, ¡yo soy mejor que tú!, y justo atrasito está el anhelo: te amo, te necesito, hazme caso, recíbeme, acéptame... sniff.

Ejercicio de vulnerabilidad 17/30: cuando estoy nerviosa tengo el impulso de hacerme daño...no encuentro la salida a ese nerviosismo fácilmente. Generalmente abajo de ese nervio tengo miedo, desesperación, zozobra, desasosiego, desesperanza, locura.

Exploración de la vulnerabilidad 18/30: con relativa frecuencia me entrego a una fuerte energía de voluntarismo, quiero que las cosas sean como y cuando yo quiero, y ahí suelo atropellar, ignorar, y agredir a otros, sin mayor autocrítica, y puedo notar que abajo de eso está el miedo a ver mi corazón expuesto, a sentir dolor y/o a perder lo que para mí es importante... finalmente estos mecanismos para evitar el dolor me tensan, no fluyo, y ahí lastimo a otros, me lastimo a mí misma, no confío en la Vida y no dejo espacio para sorpresas y regalos .


Exploración de la vulnerabilidad 19/30: hago muchas cosas para agradar a los demás, pasando x encima de mí. Para darle la vuelta a mi malestar me complazco en una imagen complaciente. La humillación y autohumillación son lugares que conozco bien.

Exploración de mi vulnerabilidad 20/30: tengo un sueño recurrente: algo me irrita terriblemente, como la gota que derramó el vaso, y decido enfrentarme a mi oponente (que suele aparecer en mi sueño con la figura de mi padre u otra figura masculina cercana) con gritos desesperados y manoteos. Mi oponente se muestra impávido o -peor aún- esboza una pequeña sonrisa mientras se mantiene en silencio y me mira. Llego a golpearlo, a intentar lastimarlo, pero no se inmuta. Siento con... claridad el dolor del niño que es bloqueado y siento terrible impotencia. Y ahí están tantas energías que habitan en mí: ese aguantar silencioso, el vértigo de oponerme, mi fuerza en un grito ahogado y débil, y por supuesto, mi insensibilidad e indiferencia, mi sadismo y uso deliberado del poder. Energías poderosas que desde las profundidades de mi psique dictan en gran medida cómo opero en mi vida y en mis relaciones.

Explorando mi vulnerabilidad 21/30: me "engento" fácilmente... Es un duro golpe para mi orgullo estar en una multitud, ¿dónde está mi lugar individual?, ¿por qué no tengo mi lugar *especial* acostumbrado? Ahí está el Ser Inferior, ¡yo soy mejor que tú!, operando... Por otro lado, cuando escucho discos grabados en concierto, siento tremenda emoción de escuchar a la gente cantar y aplaudir. Ahí está mi anhelo de pertenecer, de cooperar, de unirnos todos en un objetivo de amor y paz, como iguales.